jueves, 17 de noviembre de 2011

Semiclandestina

Te tuve, Ángel González

Te tuve
cuando eras
dulce,
acariciado mundo.
Realidad casi nube,
¡cómo te me volaste de los brazos! 
Ahora te siento nuevamente.
No por tu luz, sino por tu corteza,
percibo tu inequívoca
presencia,
… agrios perfiles, duros meridianos,
¡áspero mundo para mis dos manos¡

Quedas advertida en todas tus esperanzas: Que no amanezca una tristeza más en tu vida. Que tus realidades no se confundan entre luces de colores. Podrás desaparecer de mi vida y volver cuando quieras; siempre serás recibida como un sueño por cumplir. Quedas advertida pues: Te tuve, y podría morir por ti, pero no esotérica ni encuadernada.

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