domingo, 16 de octubre de 2011

El hambre en la Tierra

La ciencia ha observado atentamente que el hambre se corrompe con el resto del cuerpo después de la muerte. Pregunto: ¿ese impulso instintivo, esencia inmaterial que satisface los deseos y las necesidades del apetito, se corrompe también, o solo deja de cumplir su función inmaterial? La mayoría de la gente, diga lo que diga la comunidad científica, considera que al morir se dejar de tener hambre pero no se corrompe el apetito, (aunque si la ciencia estuviera acertada sería la solución para erradicar el hambre en la Tierra. Es una idea), entonces, el hambre puede sobrevivir a la muerte posiblemente con la esperanza de ser recompensado en la otra vida. Bajo este punto de vista, más que razonable, tendría sentido que según lo que uno haya merecido en esta vida, pudiera o no saciar su hambre en la otra vida con viandas exquisitas si hubiera sido bueno, o comida basura si hubiera sido malo. El hambre después de la muerte es una controversia que no debiera importarnos, otra cosa sería, pero que tampoco importa, es el hambre antes de la muerte. En fin, para un domingo de ir a misa no es tema a tratar por la razón que debe prevalecer en un día de decir la verdad. Simplemente era un pensar en voz alta, un depositar una duda encima de la mesa luego de desayunar. ¡Qué comer con lo que engorda!. Lo que importa es ser feliz aquí en la Tierra como en el Cielo. Y erradicar el hambre en la Tierra que tan groseramente ha reclamado la inmensa mayoría de los habitantes de este planeta, por insalubre, será arrojado a la eternidad, donde jamás saciará su humano apetito. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario