viernes, 9 de septiembre de 2011

Discreta amante

A la Santísima Magdalena, Lope de Vega

Buscaba Magdalena pecadora
un hombre, y Dios halló sus pies, y en ellos
perdón, que más la fe que los cabellos
ata sus pies, sus ojos enamora.

De su muerte a su vida se mejora,
efecto en Cristo de sus ojos bellos,
sigue su luz, y al occidente de ellos
canta en los cielos y en peñascos llora.

"Si amabas, dijo Cristo, soy tan blando
que con amor a quien amó conquisto,
si amabas, Magdalena, vive amando".

Discreta amante, que el peligro visto
súbitamente trasladó llorando
los amores del mundo a los (de) Cristo.

Discreta amante

Las palabras del Cristo Dios resuenan hoy en mis oídos como el gallo que alerta el nuevo día. Igual porque me importa digo que Cristo Dios y Señor de todas las cosas, en su gloriosa inspiración pudiera complacer a la gente de buena voluntad y dejar que se amaran los unos a los otros (según tengo entendido algo dijo sobre este asunto un día). Porque María, la Magdalena, está un poco harta de tanta palabrería. Pero no solo ella, que mucha gente está pasando por algo parecido. Amor, amor... amar. Algunos y algunas miramos a las personas que aman en el silencio con el miedo en el cuerpo para no perjudicar el alma de terceras personas... ¿Entonces, cómo tratamos este asunto? ¿Cómo si Dios tampoco puede? Complicado asunto... ciertamente lo es. Debemos meditar en nuestro camino si en verdad se puede querer a dos mujeres a la vez... y no estar loco, como la canción. (Un día te dije que si querías irte podías, que ahí estaba la puerta, conduce al abismo, y que allí nos veríamos).

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