martes, 30 de agosto de 2011

Tranquilamente feliz

Cada cual nace con unas características concretas... son ideales, cualidades, capacidades... Cada cual es como es y no puede forzarse sus gustos o manera de ser porque defraudaría. Ahora bien, las circunstancias obligan y si no es por trabajo, son otras razones, y no siempre hacemos lo que nos gustaría... El asunto es fácil: hay que vivir. Si uno es capaz de adaptarse a las circunstancias con destreza y voluntad puede ejercer sus obligaciones con cierto decoro. ¡Enhorabuena!. Pero si por un aquel uno se dedica a ejercer lo que más le gusta, puede ser tranquilamente feliz... Tranquilamente feliz. Suena bonito para estos tiempos de prisas y desencuentros. Pero hay más, porque hay quienes dedican su tiempo a ejercer lo que más desean ¿? Oiga, ¿a usted le gusta el arte? poesía, pintura, literatura, leer libros, leer, mirar, también contemplar. Escribir algo capaz de emocionar, un sentimiento quizá del alma. Y no importa tanto hacerlo bien o regular, que no hablo de arte de altos vuelos. El arte es la única verdad que al decirla no hace falta explicarla, si se entiende claro, parafraseando a Pablo Neruda. Eso sí, si no le interesa el arte simplemente cállese. No simule ni ofenda, ni se empecine si no le sale de los adentros. No viva entronizado en la mentira, en un acomodo sofista. Porque entonces, habrá frustraciones en su vida, desilusiones, inquina... arritmia cardiaca... Arte: belleza y estética, trascendencia, brillo efímero. Amor. La honestidad que traspasa la barrera del tiempo con eterna admiración.

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