sábado, 27 de agosto de 2011

La dama es una erudita

Un sábado de ausencias es un día ideal para sacar de los adentros la peor ira que llevamos dentro. Pregunto: ¿cómo mejoramos como personas si nunca reconocemos nuestros errores? ¿Cómo aprender a ser mejores si nadie nos enseña? ¿Es perjudicial culparnos por cosas que no somos capaces de controlar? El asunto es bien jodido porque ocurre que, por desconocimiento, eludimos responsabilidades, aunque el desconocimiento no exime su cumplimiento. Pero a quién importa... Por acciones erróneas que no les damos importancia nos afincamos en una vida humanamente disfuncional... Lo cierto es que hay quienes solo admiten culpas ajenas. Igual ese proceder les exime de culpabilidad, y conciben la vida siempre como víctimas de las circunstancias. Niegan el poder de pensamiento a los demás para defender sus opiniones, y por ende, para llevar las riendas de sus vidas. Si aceptamos nuestros errores abrimos la ventana para disculparnos a quien hayamos ofendido con obras y acciones, aplicando enmiendas sin enfrentar vergüenzas o asumir defensas insostenibles. Como digo arriba este es asunto a tomar en consideración un sábado de ausencias, aunque la dama es una erudita.

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