sábado, 23 de julio de 2011

Un diario

Según las experiencias recogidas por cada cual a lo largo de su vida, y bajo el punto de vista literario, todos y todas tenemos algo que contar. Son vivencias que llenaron un instante de nuestra vida. Que interese o no... Que sea interesante o no... Bueno, lo verdadero es que debiéramos escribir un diario como registro cotidiano de aquellos episodios de nuestra vida que pudiéramos contar sin sonrojarnos. Según creencias, cada uno de nosotros ha venido a la Tierra a cumplir un cometido, una misión quizá, entonces, qué mejor que, página a página, escribir nuestra historia personal. Otras, también creencias, sostienen que somos parte de un todo y que un diario compartido igual es imposible de escribir. Que somos muchos y muchas las maneras de pensar y obrar. Al margen de creencias que pudieran ser o no, lo cierto es que nuestra vida se desarrolla en un hábitat que es una pena hábitat, una incompatibilidad con la Tierra. No digo que, dado el momento que vivimos, bastante tenemos con llegar a fin de mes, pero mejor haríamos en preocuparnos un poco más por el medio ambiente que de ninguna manera entra en contradicción con llegar a fin de mes. Nuestra realidad cada día que pasa se nos complica más. Se nos hace más difícil vivir y cumplir con nuestras expectativas. A veces quedamos agotados y también desilusionados porque la vida es un verdadero caos. En fin, considerando que la historia la escriben los que ganan, y que hoy en día casi todos pierden, porque todo es confusión, inestabilidad, desequilibrio social, político, económico, paro y más paro... casi no merece la pena escribir un diario. Retiro lo dicho. Les pido perdón por hacerles perder un minuto de su tiempo.

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